Después de la infravalorada Cruel Winter Blues, Lee Jeong-beom sorprendió a todos con esta bomba que sin duda sentó las bases de lo que más tarde sería el nuevo cine de acción de la pasada década liderado por películas como The Raid y John Wick.

Won Bin se pone en la piel del misterioso protagonista demostrando una excelente capacidad física para las coreografías que desgraciadamente no ha vuelto a desatar en la gran pantalla, y Lee Jong-beom se destapa como un realizador a seguir para los fans de la acción más desmedida.

Tan buena, que incluso perdonamos el excesivo melodrama.