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  • Laatst online: sep 8, 2023
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  • toetreden op: juni 2, 2017

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Voltooid
The K2
0 mensen vonden deze beoordeling nuttig
aug 28, 2019
16 van 16
Voltooid 0
Geheel 8.0
Verhaal 7.5
Acting/Cast 8.5
Muziek 10
Rewatch Waarde 5.0
Deze recentie kan spoilers bevatten
The K2 no me enganchó en ningún momento a lo largo de todo su primer episodio, ni siquiera a merced del segundo, y a esas alturas hasta pensé en la idea de pausar su visionado, pero me contuve por tres motivos: Ese “Yo no la maté” que escupe Anna en las calles de Barcelona me dió un escalofrío extraño y encendió un poquito mi curiosidad por sus primeros años, y lo vívido por Je Ha en Irak también tuvo su pega; pero fue el peculiar vínculo entre la empresaria Choi Yoo Jin y el político Jang Se Joon lo que me obligó a quedarme pegada en ese inicio tan accidentado. Pero el click definitivo llegó con el final del segundo episodio, ahí donde Je Ha le demuestra a Yoo Jin de qué tamaño es el rencor que guarda en su cabeza; que él ya no está para lealtades a banderas ni medallas en el pecho.

Choi Yoo Jin es una diosa, y de las grandes. De esas deidades temidas a las que hay que venerar y rendirle devoción cuando pasen a tu lado porque, si tienen ganas, te matan con la mirada sin pensarlo dos veces. Ella es la protagonista de la serie. Si ese era el objetivo o no de sus creadores eso ya es totalmente discutible, pero ella se roba cada escena con una grosería innegable y lo hace porque su trasfondo es más profundo y sus intenciones más explícitas. No olvidemos que es la esposa de un político. De perfil bajo y humilde pasado, pero con una personalidad que se intuye honesta, servicial y honrada. No deja de ser una fachada, claro está. Una actitud acartonada, previamente creada por el partido, para convertirlos a los dos (a él y a ella) en una pareja mesiánica que le haga ganar escaños en la Asamblea mientras dirigen el país con la mano izquierda. Porque si lo pensamos bien, Yoo Jin es el eje central de toda la historia; el punto único donde todos convergen, incluyendo a su propio esposo, que sólo es un títere puesto en escena para aparentar; para imaginar que todo está bien en ese tablero resquebrajado desde los cimientos.

Ella incluso se mantiene firme allí donde Park Kwan Soo se muestra tonto y cobarde. Con una flojera jodida y pastosa. Con una niñeria absurda que no cuadra con su edad. Él está solo en su camino a la presidencia (como si su Reina jamás hubiera existido), mientras Choi y Jang se juegan la cordura y el poco amor que les queda en la memoria para saciar una ambición que parece jamás mermar. Y no voy a esconder el hecho de que Jang Se Joon le faltó fuerza, pero por lo menos levantó la mirada y se contuvo íntegro donde su contrincante falló una y otra vez. Sin embargo es Choi Yoo Jin la que lo convirtió en el hombre que dice ser (para bien o para mal); a pesar de que él la usó para catapultarse en los cubículos de la política y se aprovechó del amor que le tenía para rodearse de gente poderosa y cínica. No deja de ser una estrategia estúpida; impulsada por una sed irracional de llenar su vacío existencial con eso, con algo tan mundano como el dinero y la posición social. Se Joon lo abandonó todo por un nivel profesional al cual al aspirar y la tristeza que un momento dado pudo haber sentido poco a poco la fue convirtiendo en ansias vagas; en realidades alternas donde pudiera ser alguien independiente; un hombre poderoso sentado en la cima de todos. Aunque sólo fuera para aparentar.

Sung Won es un niñato. Un malcriado, mimado y engreído muchachito que tuvo todo a sus pies y se la pasa bomba picándole las costillas a su media hermana sólo para divertirse un rato. Así fue como llegó a la presidencia del Grupo JB mientras que ella tuvo que dejarse las lágrimas en el camino para sentarse en su trono de cristal. Para ganarse a pulso y puesto lo que le tocaba por derecho. Aunque Sung Won se las da de intelectual, su astucia y temperamento no le rozan ni los talones a Yoo Jin y la templanza que recubre su rostro pétreo.

Escupamos la sinceridad que se resbalaba por la pantalla desde el primer episodio: Choi Yoo Jin estaba muy enamorada de Kim Je Ha. Pero muchísimo, oye. A un grado nauseabundo y enfermo, y sin embargo, sincero. Ella lo sabe, él lo sabe y nosotros lo sabemos. Por ellos dos me quedé pegada a la pantalla 16 episodios enteros. Por ellos estuve al filo de la ansiedad y por ellos me dolió cuando el drama llegó al final. Porque su vínculo fue muy extraño, pero genuino, y me atrevería a decir que incluso leal. Los dos tenían heridas profundas con cicatrices en la mirada, pero de diferentes orígenes y por circunstancias opuestas, y sin embargo fueron capaces de alcanzar un grado de comprensión que se transparentaba en un gesto, en un acto, en una frase. En el mismo nombre pronunciado con suma ternura por ella cuando le suplica que regrese con vida aunque él no sea capaz de matar a su acérrimo enemigo en aquella emboscada en la casa de seguridad. No guardaba Yoo Jin únicamente un amor maternal hacia Je Ha. Era un amor carnal; una tensión sexual que se respiraba hasta en su caminar. En esa sonrisa que le dedica justo antes de que las puertas del elevador se cierren frente a los dos. En esos momentos en los que ella era totalmente transparente. O cuando él intuye que algo anda mal en la reunión privada donde activó la alarma contra incendios y portó un paraguas para evitar que la golpeara la lluvia artificial (que suficiente tenía ya con los misiles que su familia le acaba de obsequiar) o justo después, cuando él le corrige la postura antes de salir y enfrentarse a la mierda de realidad que le espera en la superficie. Y lo curioso fue que éste no era un amor recíproco. Je Ha ya estaba muy perdido por Anna, pero guardaba hacia Yoo Jin un respeto por su persona que ella encontraba extrañamente agradable.

Porque a pesar de las decepciones que se le percibían en sus gestos todavía era un soldado recto. Un soldado verdadero. Pero el vínculo tan peculiar entre Choi Yoo Jin y Jang Se Joon fue más denso que el de ella y su guardaespalda. La tensión entre ambos nunca estuvo ahí y sin embargo era fácil percibir todas esas capas de experiencias amargas acumuladas en sus hombros. Ese cansancio perpetuo de aparentar ser la pareja perfecta frente un pueblo que se inclinaba ante su presencia. El autosacrificio de él en Cloud 9 fue la más grande y honesta prueba de amor que alguna vez le pudo ofrecer en toda su existencia. Fue también un acto de redención y disculpa por haberla tratado tan pésimamente mal y regodearse de ello en su cara (he hecho, era lo único que podía hacer; por todo lo demás estuvo atado de manos). Y no, no quiero justificar su actitud, ni señalar a ninguno. Los dos son unos enfermos de poder que prefirieron la muerte a renunciar a él. Su distorsión de la realidad, y la imagen que tienen de ellos mismos no dejan de resultar irónicas y deplorables. En ambos esa distorsión bizarra entre el odio y el amor se mezcló como una fórmula amarga que los acompañó en esa conmovedora despedida antes de refundirse en el infierno. Porque muy en el fondo sabían que se lo merecían.

Go Anna y Kim Je Ha son LA PAREJA de la serie ¿va? Se complementan. Están ahí para apoyarse en sus fallos y sus traumas. Ella por no haber visto tanto y él por haber visto demasiado. Ambos intentan encontrar su lugar en el mundo y se dejan el alma en ello, y la verdad es que se merecen el final bonito que tuvieron nada más porque ya se las habían visto muy negras en la vida como para aparte joderles más la existencia matando a uno de los dos. Ahora, creo que vale la pena señalar algo que se nota desde un comienzo y algunos parecen pasar por alto: The K2 no es un drama romántico; jamás se mueve por el ámbito sentimental sino por el de acción y política, así tal cual. Por eso se entiende que ésta pareja no sea la piedra angular de todo, sino un complemento. A pesar de que su felicidad sí fue una prioridad final, no deja de ser un recurso argumental. La fuerza de la historia recayó en los actores más veteranos y el trasfondo de éstos fue mucho más diverso y concienzudo que el de Anna y Je Ha. Y me alegro de ello, maldita sea. Aun así, su química fue adecuada y las escenas que compartieron juntos me parecieron de una ternura y una honestidad inmensas, lo cual nunca me cansaré de ver, a pesar de que creí que me costaría horrores alejarme de la imagen mental que tenía de Healer y sus personajes tan adorables. Sin embargo, admito que Anna jamás la sentí como protagonista, y eso fue en parte porque su personaje tardó mucho (muchísimo) en despegar, y cuando lo hizo siguió siendo muy tiesa, robótica y sumisa. No creo que el problema sea de Yoona, la chica que la interpreta, sino más bien de sus creadores. Anna, al igual que su padre, sólo fueron títeres de los hermanos Choi, que eran muy superiores a ellos respecto a astucia y posición. Y eso es algo que se entrevé desde un comienzo. Me hubiera gustado que brillara más por iniciativa propia, que no fuera únicamente una princesa en apuros esperando al caballero que la salvara de la bruja malvada y la sacara de ese castillo infernal en el que vivía recluida. Pudieron hacerla más valiente, menos traumatizada por las experiencias pasadas, aunque su actitud introvertida, junto con su fobia, concuerdan con su truculento pasado y la imagen de su madre muerta por sobredosis de somníferos y alcohol. Es Je Ha quien la saca de su prisión mental para recalcarle (y enseñarse a sí mismo) que se puede ser feliz en medio de ese calvario miserable. Fue una ayuda mutua y pausada que me pareció una delicia de ver.

El OST me ha parecido soberbio como pocos y posiblemente uno de los puntos más fuertes de la serie. Guarda la esencia y el equilibro perfecto entre lo clásico y la acción logrando así compenetrarse de manera estupenda entre cada escena con una fuerza descomunal para convertirse con facilidad en un protagonista más.

Jamás me quedó muy clara cuál era la relación personal entre la empresaria Choi y la jefa Kim pero oye, yo las shippeo desde el primer episodio. Me hubiera gustado que se profundizara más en su relación. En cómo ella llegó a ser su mano derecha. Ya sabemos que Yoo Jin nunca tuvo a muchas personas en su círculo cercano y las poquitas que estuvieron a su lado fueron miembros del selecto grupo de Cloud 9, así que su relación me pareció muy peculiar y extraordinaria.

Song Yoon Ah es mi líder espiritual. Así tal cual.

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Voltooid
City Hunter
0 mensen vonden deze beoordeling nuttig
aug 25, 2019
20 van 20
Voltooid 0
Geheel 7.0
Verhaal 7.0
Acting/Cast 7.0
Muziek 7.0
Rewatch Waarde 4.0
Deze recentie kan spoilers bevatten
Lee Joon Hyuk como el fiscal caído del cielo que destapa la hediondez donde se embadurnan los que gobiernan es probablemente uno de los que mejor se adapta a su papel, junto con Kim Sang Jung, que se lleva el número del villano de la historia, un soldado hundido en desgracia después de haber sido traicionado por la patria que juró defender. Porque Steve Lee es un pesado, así sin más. Si hay algo que hace a un villano interesante no es precisamente su nivel de maldad o lo que es capaz de hacer para lograr su objetivo, sino los motivos ocultos detrás de su malícia. Steve Lee se pasa esto por el forro y nos regala una nula intriga durante todo el show porque en cada episodio tiene que recordarnos por qué motivo está haciendo lo que está haciendo y la razón por la que no puede abandonar el camino que durante casi treinta años lleva delineando.

Tardé un poquito en engancharme a la serie, pero a partir del séptimo episodio caí rendida a su pies con aquel disparo que retumbó en todo el edificio. El final del noveno también estuvo soberbio. Por desgracia, sentí que a partir del décimo episodio, no decae, sino que se estanca en una trama que tarda muchísimo en avanzar y eso desinfla la línea argumental en todos los sentidos, se paralizan muchos caminos que deberían avanzar y ciertas subtramas se quedan en nada (como el coma del papá de Na Na, del que ya no sabemos nada sino hasta llegar al final).

Lee Young Sung y Kim Na Na son la pareja protagonista de esta serie... pero vaya melodrama, oye. Tuvieron sus escenitas (dos/tres) que me parecieron bonitas y tiernas, y de ahí en fuera todo se quedó muy seco. Para la recta final resulta insoportable verles compartir una escena porque todas están para cortarse las venas, empacar las maletas y huir a Tailandia a venderle droga a tu abuela. Si hay algo que me mantuvo viendo la serie durante sus primeros episodios fue precisamente la relación tan punzocortante que tenían. Porque su inicio fue bueno —algo retorcido pero bueno— y el hecho de saber que Young Sung tenía prohibido enamorarse le daba al asunto esa tensión lo suficientemente firme como para imaginar a dónde nos llevaría la relación de ambos. Pues no, como dije: todo se quedó en nada. Esta pareja jamás brillo. El problema no fueron los actores, que dieron todo lo que tenían para ofrecer, sino que el guión no daba para más. Cuando se estanca la serie se estanca también la evolución de los personajes (si es que alguna vez la hubo); la relación, que en un principio parecía tierna, se transforma en un escenario exasperante, donde nunca pueden estar en sincronía porque él dice una cosa y hace otra, o viceversa.

EL GUIÓN. La trama es buenísima, da para exprimirla hasta el cansancio y sacarle muchísimo jugo, pero a los guionista se les murieron las ideas antes de tiempo y casi la mitad de la serie de transformó en algo innecesario. Aunado a eso, la evolución de los personajes es nula; de hecho, en el caso de Young Sung retrocede bastante conforme la situación es crítica y la recta final se comienza a vislumbrar, más o menos al tiempo que se entera de quién es en verdad él, la historia de sus padres y las motivaciones de Jin Pyo para convertirlo en su discípulo asesino. Es algo triste de ver porque la que paga los platos rotos es Kim Na Na y uno no anda precisamente de humor para tolerar esos diálogos chirriantes y contradictorios de Young Sung.

Ésta, creo yo, es otra errata en el guión: Hay cinco rostros responsables de la reprochable Operación Barrido. Todos ellos prosperaron y lograron puestos importantes, y son precisamente estas personas las que Young Sung tiene que aniquilar. Vale. Pero de estas cinco figuras existen dos, creo yo, que debieron acaparar a las otras tres porque resultan importante para el trío protagonista de la serie: Kim Jong Shik (padre del fiscal y responsable directo del accidente de los padres de Na Na) y Choi Eung Chan (Presidente de la República y de paso el padre biológico de Kim Young Sung). Pues bueno, el drama comienza con un ritmo compartido: cada ciertos episodios caía uno de los cinco y de verdad esperaba que el ritmo frenara un poco con estos dos individuos para profundizar más en sus pasados tan turbulentos. El padre del fiscal tuvo sus momentos, no lo voy a negar, pero el que se robó la vela en este entierro fue precisamente Chun Jae Man (¿quién?) un monopólico empresario que se adueñó de media Corea y de paso de la otra mitad de la serie. Hasta el sol de hoy no asimilo que le hayan dado tantos episodios a este hombre y sólo uno, UNO, al personaje más soberbio y magnífico de todo drama: el presidente Choi Eung Chan.

Choi Eung Chan viene a demostrarnos que la corrupción también puede ser cometida por un pan de dios. El carismático presidente tiene su toque de ternura y simpatía además de un aro de honestidad que lo convierte en un personaje sobrio, tímido y entrañable. Como espectadores nos cuesta entender que alguien como él se haya manchado las manos de sangre o haya recurrido al soborno para promover campañas políticas o aprobar una ley que beneficiaría a todos los universitarios del país. Incluso nos hace cuestionar si ciertas corrupciones son mejores que otras; algo que encara el propio Young Sung cuando se infiltra a su casa en busca de evidencias. Magnífico hubiera sido que le aportaran más tiempo del que le dieron para exponer sus ideas y convicciones y de paso para darnos una cátedra de por qué en la política a veces se recurre a atajos para lograr un bien mayor.

Hay algunos secundarios que vale la pena mencionar: Bae Shik Joong como el cocinero-comprador-compulsivo que es tan adorable como simpático, Da Hye (la hija del presidente) que comenzó siendo una niña mimada y caprichosa para dar el salto a la joven responsable y trabajadora que vemos al final; Lee Kyung Hee, señorona que jamás pudo superar el secuestro de su bebé y que al parecer la vida siempre se ha ensañado con ella de manera bestial pero se las arregla para salir adelante; los vecinos pequeñitos de Na Na que también tuvieron su odisea, o los colegas de los protagonistas en la Casa Azul y los subordinados del fiscal, y la mano izquierda de Steve Lee. Estrellitas para todos.

ES UN BUEN DRAMA. El hecho de que sea una serie de acción evita que resulte aburrida; siempre hay una escena que se roba cada episodio y que sabe explotar el potencial de la trama. Nunca faltan las piruetas en el aire y las patadas giratorias para aplaudir frente a la pantalla y apoyar al City Hunter frente a los villanos (o frente a su propio maestro). A su favor, y al de sus fans más leales, podría decir que no es mi tipo y no me imagino volver a verlo jamás en la vida —así de pasable me pareció xD— pero de que tuvo sus momentitos épicos los tuvo. El final me supo predecible e insípido pero tampoco es que pudiera ser distinto. Los últimos dos minutos sí que me hacen sentir pena ajena por la pareja protagonista porque, asumo que a la larga quedaron juntos, pero ese encuentro cuquis en el aeropuerto y luego Young Sung quemando llanta él solito por las calles de Seúl me dejó cuatrapeada y confusa porque no sé qué mensaje intentaron darnos con eso.

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Voltooid
Blood
0 mensen vonden deze beoordeling nuttig
aug 27, 2019
20 van 20
Voltooid 0
Geheel 6.0
Verhaal 5.5
Acting/Cast 5.0
Muziek 5.0
Rewatch Waarde 1.5
A pesar de que los vampiros nunca me han llamado demasiado la atención tengo que confesar que la trama de Blood prometía. Un vampiro convertido en cirujano tiene su atractivo, ¿no? Sabes que las cosas en algún punto se saldrán de control y quieres estar ahí para atestiguar la guerra.

El problema que tuve con esta serie es que jamás sentí que despegara. Allá por el episodio 6 ó 7 llegó a su cima y de ahí la caída fue estrepitosa. La trama queda estancadísima entre los malos malísimos y los buenos buenísimos. En las aras de una comedia esto no tendría problema, pero en el género dramático eso ya raya la grosería. Las personas (y los vampiros) no son sólo blanco y negro; carente de matices y profundidad. Si los haces así puedes llegar a aburrir a la audiencia.

La estructura de los personajes me pareció terrible, faltos de empatía y medio robóticos, casi justificados por las jerarquías del hospital. Sin embargo, no ha habido drama médico que me deje con esa sensación de vacío ante la poco profundidad de sus protagonistas. Por eso no me siento nada confiada en criticar el nivel actoral de Ahn Jae Hyun ni de Koo Hye Sun, porque sus personajes no hay ni por dónde tomarlos. A ella no la había visto actuar antes, pero a Ahn Jae Hyun sí, en "You're all Surrounded" donde su personaje dice tres diálogos por capítulos y la mayoría son malos. Así que mis expectativas no eran tampoco muchas.

Quizá el mejor ha sido Ji Jin Hee como el doctor Lee Jae Wook, que es un pedazo de actor hecho y derecho; veterano y con una carrera ya consolidada, pero cuyo papel de villano se queda cortísimo ante él. Otra actriz a la que admiro muchísimo es Jin Kyung (que en Pinocchio y It's Okay, That's Love era maravillosa), pero tampoco hay mucho que resaltar de su personaje, ensombrecido por la sumisión que le otorgaba su puesto.

A juzgar por las reseñas que estoy leyendo, es un drama bastante dividido, entre quienes lo aman y quienes lo odian. Yo aconsejaría darle oportunidad a los primeros episodios y ver hacia donde apunta el camino.

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Voltooid
Misty
0 mensen vonden deze beoordeling nuttig
aug 26, 2019
16 van 16
Voltooid 0
Geheel 9.0
Verhaal 9.0
Acting/Cast 10
Muziek 9.5
Rewatch Waarde 8.0
Misty merece ser una trama desmenuzada con mesura, desglosada con respeto y apreciada por mero amor al arte televisivo (que existe; de verdad lo digo). Merece arrasar en premios y gozar del reconocimiento del público y del gremio.

El thriller, como género, requiere un esfuerzo demencial. Y sin embargo, cuando una mente astuta lo toma entre sus manos; cuando cae ante la mirada de un buen director; cuando los actores abarcan en sus ojos los aspectos tridimensionales de sus personajes; cuando los espectadores aprecian a conciencia lo que tienen frente a ellos, es cuando sucede la magia.

Partiendo de la incógnita de no saber quién mató al famoso golfista Kevin Lee, se desprende una trama que pone sobre el escenario a personalidades férreas y moralidades partidas, centradas mas que nada en Go Hye Ran, una de las periodistas más reputadas de la televisión coreana y titular del noticiero nocturno con mayor audiencia en la nación.

Mujer de poder; astuta, fría, calculadora y prodigiosa. Pero con una rectitud sincera que esconde bajo esa armadura oxidada que los años le han reforzado hasta parecen indestructible. Una heroína parida por la posmodernidad feminista que nos rodea en un mundo donde los hombres triunfan más por inercia que por equidad. Una mujer entera e independiente que contrasta con la actitud visceral en su propio hogar, donde su matrimonio se resquebraja en mil pedazos y su esposo —el ser humano más noble; abogado defensor de los débiles— se detiene a contemplar con impotencia cómo el mundo se está derrumbando ante los dos segundo a segundo desde hace años.

En este mapa de cuestionamientos policiales, fiscalías aberrantes, cadenas televisivas con aspirantes perfectos; con viudas resentidas y abogados honestos, es donde se levanta el tándem de esta serie. Cinematográficamente soberbia, musicalmente sublime. Atestada de dudas y sospechas que saltan una y otra vez a la pantalla mientras Knockin' on Heaven's Door de Bob Dylan retumba sin descanso desde los altavoces de un pasado bañado en sangre.

(Eso sí. El final es punto y aparte. Muy aparte. Es argumentalmente muy malo y sin fundamento).

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Love O2O
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aug 26, 2019
30 van 30
Voltooid 0
Geheel 7.5
Verhaal 7.5
Acting/Cast 8.0
Muziek 7.5
Rewatch Waarde 8.0
Para ser sincera, a mi los personajes perfectos me producen urticaria. Me parecen irreales y monótonos; faltos de personalidad y de carisma.

A Love O2O no le dedicaré un post particular aquí porque, seamos sinceros, la perfección puede ser bastante aburrida de juzgar. Y Love O2O es así; perfecta, bonita, muy cuidada, con protagonistas ideales a los que no los despeina ni el viento y a los que la vida siempre les sonríe bien, y cuando lloran lo hacen con lágrimas contadas, casi artísticas.

Vamos, que básicamente es un producto que debes de ver sólo cuando quieras restaurar tu amor por la humanidad y fumarte un buen porro de censura de régimen oriental con actores esculpidos en mármol; con tramas sencillitas y honestas.

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Voltooid
Encounter
0 mensen vonden deze beoordeling nuttig
aug 25, 2019
16 van 16
Voltooid 0
Geheel 8.0
Verhaal 7.0
Acting/Cast 8.0
Muziek 10
Rewatch Waarde 7.0
En cuanto a dirección, fotografía, música y actuación, este drama me pareció precioso. En cuanto a la historia hubo ciertos aspectos que no me terminaron de convencer y clichés típicos de los melodramas que ya nos sabemos de memoria (mamá ambiciosa que aboga por el papá y su reputación; suegra mala malísima; conglomerados multimillonarios; separaciones forzosas en la recta final del drama. Y lágrimas, MUCHAS LÁGRIMAS). Nada nuevo bajo el sol.

Pero las fortalezas de Encounter/Boyfriend no pretender ser esas, sino otras, y si resulta triunfante es porque sabe en qué apoyarse. Las actuaciones de Song Hye Kyo y Park Bo Gum son buenas. El personaje de ella es menos versátil, casi seco (empresaria competente, pero sumisa con su familia política; tímida pero astuta; gentil pero férrea). El de él es todo lo contrario: tierno, infantil, transparente. Casi idílico.

La Habana, Cuba como telón de fondo a su historia de amor, es quizá una protagonista más, con sus edificios congelados en un pasado que huele a comunismo; con gente vivaz y alegre y autos que parecen venidos de medio siglo atrás. Vale la pena verlo por esos escenarios de ensueño. Ese caribe de olas que rompen en un malecón añejado por el olvido siendo testigo de un amor imposible venido del otro lado del mar.

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Voltooid
Mr. Sunshine
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aug 26, 2019
24 van 24
Voltooid 0
Geheel 10
Verhaal 10
Acting/Cast 10
Muziek 10
Rewatch Waarde 10
Es un drama precioso. Visualmente alucinante e históricamente delicadado por el arco en el que se sitúa. Viene a tocar fibras sensibles y eso siempre será motivo de discusión, porque la historia es así, violenta y mortal.

Sin embargo, dejando de lado La Armada de Honor (¡papelazo de rebeldía!), la serie se guía más como un relato ajeno a la guerra (no así a los que la vivieron). Hablada en tres idiomas distintos (coreano, japonés e inglés) y ubicada casi en su totalidad en el agonico Joseon de 1903, con cinco protagonistas cuyos pasados sólo ayudan ha rozar un poco sus extraños orígenes: Un niño esclavo convertido en infante de marina de Estados Unidos; una niña aristócrata que empuñó un arma extranjera para defender los ideales de sus padres muertos; una viuda japonesa que maneja un hotel occidental en pleno oriente; un espadachín renegado, hijo de pobres carniceros, que porta una katana para vengar a los suyos; y un niño mimado, nacido en cuna de oro, que nunca ha conocido el desamor, ni el dolor, ni la segregación de castas, ni la guerra, hasta que se topa con los otros cuatro colegas.

Eso, y un aluvión de personajes divergentes; tiranos y graciosos; nacionales y extranjeros; sirvientes y nobles. Todos metidos en un embrollo titánico de repercusiones históricas que mantiene ese trance perpetuo de obra perfecta montada en medio de un escenario caótico y real de esperanza y muerte.

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Introverted Boss
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aug 26, 2019
16 van 16
Voltooid 0
Geheel 9.0
Verhaal 9.0
Acting/Cast 9.5
Muziek 8.5
Rewatch Waarde 10
Ni los clips promocionales ni los pósters coloridos hicieron que me atreviera a ver la serie Introverted Boss cuando aún estaba en emisión. Me daba la sensación de que apuntaba a ser una comedia romántica de manual. Hasta tuve el leve temor de que se mofaran de forma despectiva de aquellos que tenemos tantas dificultades para socializar. Sin embargo, no podía estar más equivocada. Si la serie brilla en rebeldía es gracias a la protagonista y su espontánea extroversión, y si se embriaga con matices grises es porque entra en escena el otro personaje estelar: un chico tímido, dueño de un corporativo de relaciones públicas (por herencia, más que por amor al prestigio), que sufre de un trastorno de ansiedad desde pequeño que lo tiene sumido en un estado permanente de estrés.

Siempre vestido de negro (para no resaltar entre la gente) y el gorro de la sudadera puesto sobre su cabeza (para protegerse del mundo), con una ansiedad anticipatoria que lo ahoga con descaro, una incapacidad para mantener contacto visual y ciertas situaciones que terminan por retumbar a sus pies y sacudir los cimientos donde levemente se sostiene su cordura. No podría identificarme mejor con algún otro personaje que haya conocido antes. Más de una vez tuve que detener el episodio para poder distanciarme de las sensaciones que superaban al joven y amenazaban con desembocar un ataque de pánico en mí (y en él, claro está). Pedazo de actuación, ¿eh? Introverted Boss vale la pena, más que por la trama en sí, por la adaptación tan soberbia que hace de las enfermedades mentales. El título se queda corto si tomamos en cuenta que el calvario que vive el chico no es timidez, ni mucho menos introversión, sino un trastorno de ansiedad crónico.

Más que la trama me he quedado por la personalidad del protagonista; porque es imposible no verme reflejada en él. Y porque los trastornos mentales, ya sea aquí o en Corea del Sur, siguen siendo un tabú tremendo que vale la pena continuar rompiendo hasta que hagan el ruido necesario para que los demás lo escuchen y comprendan, aunque nos duela tanto hacerlo.

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